martes, 26 de julio de 2022

Avanza - Poema de Carlos Alberto Boaglio

 

Hola amigos, hoy tengo el placer de publicar un video con un poema de Carlos Alberto Boaglio, poeta argentino, residente en Vicuña Mackenna, Provincia de Córdoba, este poema figura en uno de sus libros, la música es de Joel Cunnins "Sonatina N° 2 In Fa Major Rondo", bello sonido para escuchar mientras leemos el poema.

domingo, 19 de junio de 2022

EL PADRE - Poema de Hector Gagliardi

 


EL PADRE

Oye negra, ¿Te puedo hablar?
ya los chicos se han dormido
Asi que, así que deja el tejido que después te equivocas

Hoy te quiero preguntar
Por qué motivo las madres amenazan a sus hijos
Con ese estribillo fijo de ¡Ah, cuando venga tu padre!

Y con tu padre de aquí y con tu padre de allá
Resulta de que al final al verme llegar a mí
Lo ven entrar a Caín y escapan por todos lados
Y yo, que vengo cansado de trabajar todo el día
recibo de bienvenida una lista de acusados

Tú empiezas con tus quejas y yo tengo que enojarme
Igual que hacía mi padre al escuchar a su vieja
Entraba a fruncir la ceja apoyando a ese fiscal
Que en medio del temporal se erigía en defensora
Lo mismo que tú ahora que siempre me dejas mal

Si los perdono, ¡que ejemplo! ¡es así como los educas!
Si los castigo, ¡que bruto no tienes sentimientos!

A mí, a mí que llegué contento y no tuve más remedio
que poner cara de serio
Y escuchar tu letanía

A mí, a mí que me paso el día
pensando en jugar con ellos
yo sueño en llegar a casa y olvidarme felizmente del trabajo
de la gente y de todo lo que pasa

Los hijos son la esperanza
y el porqué de nuestras vidas

Por eso nunca les digas ¡ah, cuando venga tu padre!

No quiero encontrar culpables
quiero encontrar alegría
que no me pongas de escudo como lo hacía mi madre
que consiguió que a mi padre lo imaginara un verdugo

El llegaba y te aseguro que se acababan las risas
Y en lugar de una caricia o hablarle como a un amigo
lo miraba compungido presintiendo una paliza
y el pobre que me entendía, sacudiendo la cabeza
escuchaba con tristeza lo que mi madre decía
Y que él, y que él de sobra sabía

Que con éste no se puede, que me pinta las paredes
que trajo las suelas rotas, que la calle, la pelota
que me saca canas verdes
¡a la cama sin cenar! Aburrido me ordenaba
mi madre me consolaba y yo, yo lo culpaba a él
a él que había llegado recién de trabajar, cansado
y ya lo había yo amargado con todas mis travesuras
los hijos nunca analizan el sentimiento del padre
porque el brillo de la madre es tan fuerte que lo eclipsa
sólo le hacemos justicia cuando nos toca vivir
a nosotros su problema

ay, si mi padre viviera ¡que recién lo comprendo!
Y porque nunca me dijo lo mucho que me quería
Si hoy yo sé cuanto sufría al ver enfermo a su hijo
Porque me miraba fijo el primer pantalón largo
Y sé que, hasta me habrá besado cuando yo
estaba dormido

Hoy que todo lo comprendo
Por qué no estás a mi lado
Porqué no estás ahora para besarte bien fuerte
Viejo lindo
Y ofrecerte mi cariño a todas horas
Ves a tu hijo que llora, pero llora con razón
Porque te pide perdón pensando en aquellos días
En que ciego no veía que eras puro corazón
Déjame negra que llore, es tan lindo desahogarse

En fin, veamos, veamos que hacen nuestros
Futuros señores. Mira esos pantalones
Tápale un poco a la nena
Si, si ya sé, no me lo digas
Hoy se fué a la calle sola
Acuéstate rezongona, mañana, mañana será otro día.

lunes, 30 de mayo de 2022

Intoducción A Los Sueños de Antonio Machado



Intoducción A Los Sueños


de Antonio Machado


Leyendo un claro día
mis bien amados versos,
he visto en el profundo
espejo de mis sueños
que una verdad divina
temblando está de miedo,
y es una flor que quiere
echar su aroma al viento.
El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
mirar lo que está lejos
dentro del alma, en turbio
y mago sol envuelto.
En esas galerías,
sin fondo, del recuerdo,
donde las pobres gentes
colgaron cual trofeo
el traje de una fiesta
apolillado y viejo,
allí el poeta sabe
el laborar eterno
mirar de las doradas
abejas de los sueños.
Poetas, con el alma
atenta al hondo cielo,
en la cruel batalla
o en el tranquilo huerto,
la nueva miel labramos
con los dolores viejos,
la veste blanca y pura
pacientemente hacemos,
y bajo el sol bruñimos
el fuerte arnés de hierro.
El alma que no sueña,
el enemigo espejo,
proyecta nuestra imagen
con un perfil grotesco.
Sentimos una ola
de sangre, en nuestro pecho,
que pasa… y sonreímos,
y a laborar volvemos.



 

martes, 26 de abril de 2022

EL DIA QUE ME QUIERAS - AMADO NERVO

 

 
Hola amigos, "El dia que me quieras" es uno de los más bellos poemas de Amado Nervo, en este video lo pueden ver y leer con el fondo musical de la bella melodía de Ann Anni: "A Whisper...", todo para disfrutar de la poesia y la música....

martes, 4 de enero de 2022

Dieta de desintoxicación - Reflexión

 

 
Hola amigos y suscriptores, comparto hoy una reflexión que tiene que ver con la "Dieta de desintoxicación" muy especial, porque es para el espíritu, la mente, la motivación, que a veces nos hace tanta falta, la música es de Asher Fulero: "Pastoral" todo para disfrutar de un momento de paz y tranquilidad leyendo y escuchando...

miércoles, 1 de diciembre de 2021

La mar ciñe a la noche en su regazo - Poema de Miguel de Unamuno


La mar ciñe a la noche en su regazo
y la noche a la mar; la luna, ausente;
se besan en los ojos y en la frente;
los besos dejan misterioso trazo.

Derrítense después en un abrazo,
tiritan las estrellas con ardiente
pasión de mero amor, y el alma siente
que noche y mar se enredan en su lazo.

Y se baña en la oscura lejanía
de su germen eterno, de su origen,
cuando con ella Dios amanecía,

y aunque los necios sabios leyes fijen,
ve la piedad del alma la anarquía
y que leyes no son las que nos rigen.

Horas serenas del ocaso breve,
cuando la mar se abraza con el cielo
y se despierta el inmortal anhelo
que al fundirse la lumbre, lumbre bebe.

Copos perdidos de encendida nieve,
las estrellas se posan en el suelo
de la noche celeste, y su consuelo
nos dan piadosas con su brillo leve.

Como en concha sutil perla perdida,
lágrima de las olas gemebundas,
entre el cielo y la mar sobrecogida

el alma cuaja luces moribundas
y recoge en el lecho de su vida

el poso de sus penas más profundas. 

Miguel de Unamuno