SONETO CLI
William Shakespeare.
El Amor, por imberbe, no sabe que es conciencia.
¿Quién no sabe, que Amor, engendra la conciencia?
Por lo tanto, embustera, no insistas en mis yerros,
y que a tu dulce ser se culpe de mis faltas.
Que al traicionarme, tú, traiciono lo más noble
de mí, por la traición de mi grosero cuerpo.
Mi alma dice al cuerpo que este podrá triunfar,
en amor y la carne no admite otra razón.
Irguiéndome ante ti, a tu nombre señala
como presa triunfal. Vanidosa en su hazaña,
se contenta con ser tu miserable esclavo,
compartir tus asuntos y morir a tu lado.
No es falta de conciencia, si entiendo por «Amor»
a la que por su amor, yo me levanto y caigo.