miércoles, 26 de diciembre de 2012

Hojas de hierba (fragmento) - Walt Withman

Hojas de hierba (fragmento)


"Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros
y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena...
y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes...
y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquinas.
Quédate conmigo este día y esta noche y poseerás el origen de todos los poemas.
Creo en ti alma mía, el otro que soy no debe humillarse ante ti
ni tú debes humillarte ante el otro.
Retoza conmigo sobre la hierba, quita el freno de tu garganta.
(...)
Creo que podría retornar y vivir con los animales, son tan plácidos y autónomos.
Me detengo y los observo largamente.
Ellos no se impacientan, ni se lamentan de su situación.
No lloran sus pecados en la oscuridad del cuarto.
No me fastidian con sus discusiones sobre sus deberes hacia Dios.
Ninguno está descontento. Ninguno padece la manía de poseer objetos.
Ninguno se arrodilla ante otro ni ante los antepasados que vivieron hace milenios.
Ninguno es respetable o desdichado en toda la faz de la tierra.
Así me muestran su relación conmigo y yo la acepto.
(...)
No pregunto quién eres, eso carece de importancia para mí.
No puedes hacer ni ser más que aquello que yo te inculco. "

Y tú, mar... También a ti me entrego. Adivino lo que quieres decirme,
Desde la playa veo tus dedos que me invitan,
Y pienso que no quieres marcharte sin haberme besado.
Debemos estar un rato juntos: me desnudo y me llevas muy lejos de la costa,
Arrúllame y durmiendo al vaivén de tus olas,
Salpícame de espuma enamorada, que yo sabré pagarte.
Mar violento, tenaz y embravecido,
Mar de respiros profundos y revueltos,
Mar de la sal de la vida, de sepulcros dispuestos aunque no estén cavados,
Rugiente mar que, a capricho, generas tempestades o calmas,
También soy como tú: con uno y muchos rostros
Partícipe del flujo y del reflujo, cantor soy de los odios y de la dulce paz,
Cantor de los amantes que duermen abrazados
También doy testimonio del amor a mis prójimos:
¿Haré sólo inventario de todos mis objetos olvidando la casa que los tiene y cobija?
No soy sólo el poeta de la bondad, acepto también serlo de lo inicuo y lo malvado,
¿Qué son esos discursos que nos cuentan de vicios y virtudes?
El mal me sugestiona, y lo mismo la reforma del mal, mas sigo imperturbable.
¿Soy un inquisidor, un hombre que desprecia cuanto encuentra a su paso?
No soy más que aquel hombre que riega las raíces de todo lo que crece.
¿Te temes que la terca preñez sólo engendre tumores?
¿Pensabas que las leyes que rigen a los astros admiten ser cambiadas?
Encuentro el equilibrio en un lado lo mismo que en su opuesto.
Las doctrinas flexibles nos ayudan lo mismo que ayudan las más firmes,
Las ideas y acciones del presente nos despiertan y mueven,
Ningún tiempo es más bueno para mí que este ahora que me viene a lo largo de millones de siglos.
No hay nada de asombroso en las acciones buenas de antes o de ahora,
Lo asombroso es que siempre existan los malvados o los hombres sin fe.
Se borran el pasado y el presente, pues ya los he colmado y vaciado,
Ahora me dispongo a cumplir mi papel en el futuro.
Tú, que me escuchas allá arriba: ¿Qué tienes que decirme?
Mírame de frente mientras siento el olor de la tarde,
(Háblame con franqueza, no te oyen y sólo estaré contigo unos momentos.)
¿Que yo me contradigo?
Pues sí, me contradigo. Y, ¿qué?
(Yo soy inmenso, contengo multitudes.)
Me dirijo a quienes tengo cerca y aguardo en el umbral:
¿Quién ha acabado su trabajo del día? ¿Quién terminó su cena?
¿Quién desea venirse a caminar conmigo?
Os vais a hablar después que me haya ido, cuando ya sea muy tarde para todo?
Ya he dicho que el alma no vale más que el cuerpo,
Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,
Y que nada, ni Dios, es más grande para uno que uno mismo,
Que aquel que camina sin amor una legua siquiera, camina amortajado hacia su propio funeral,
Que tú o yo, sin tener un centavo, podemos adquirir lo mejor de este mundo,
Que el mirar de unos ojos o el guisante en su vaina confunden el saber que los tiempos alcanzan,
Que no hay oficio ni profesión tan bajos que el joven que los siga no pueda ser un héroe,
Que el objeto más frágil puede servir de eje a todo el universo,
Y digo al hombre o mujer que me escucha:
"Que se eleve tu alma tranquila y sosegada ante un millón de mundos."
Y digo a la humanidad: "No te inquietes por Dios,
Porque yo, que todo lo interrogo, no dirijo mis preguntas a Dios,
(No hay palabras capaces de expresar mi postura tranquila ante Dios y la muerte.)
Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no le comprendo,
Ni entiendo que haya nada en el mundo que supere a mi yo.
¿Por qué he de desear ver a Dios mejor de lo que ahora le veo?
Veo algo de Dios cada una de las horas del día, y cada minuto que contiene esas horas,
En el rostro de los hombres y mujeres, en mi rostro que refleja el espejo, veo a Dios,
Encuentro cartas de Dios por las calles, todas ellas firmadas con su nombre,
Y las dejo en su sitio, pues sé que donde vaya
Llegarán otras cartas con igual prontitud.

Walt Withman


miércoles, 19 de diciembre de 2012

ROMANCE DEL NACIMIENTO - SAN JUAN DE LA CRUZ


ROMANCE DEL NACIMIENTO
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.

SAN JUAN DE LA CRUZ

San Juan de la Cruz
Biografía de San Juan de la Cruz en Wikipedia

lunes, 5 de noviembre de 2012

SONETO - F. L. BERNARDEZ



 "SONETO" ES UNA DE LAS MÁS BELLAS CREACIONES DEL GRAN POETA ARGENTINO FRANCISCO LUIS BERNARDEZ, EN WIKIPEDIA FIGURA ESTE SONETO EN SU BIOGRAFÍA COMO UN EJEMPLO POPULARIZADO DE SU LIRISMO ESPIRITUAL, LA MÚSICA ES " LOVE STORY" POR ANDRÉ RIEU - PIANO. CORRE AUTOMÁTICO. 

jueves, 18 de octubre de 2012

ASÍ ES LA MUJER QUE TE AMA - POEMA - JOSÉ DE ARIAS MARTINEZ

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ASÍ ES LA MUJER QUE TE AMA

Como perla escondida en la ostra
como espada guardada en la vaina
como luz embebida de sombras
así es la mujer que te ama

Como gota de agua en la nube
como ojos que ocultan las lágrimas
como fuego escondido en las brasas
así es la mujer que te ama

En la nube en los ojos y brasas
en la vaina las ostra y brasas
duermen luces y perlas y espadas

duermen gotas de agua y el fuego
y los ojos ocultan las lágrimas
de quien tú tanto amas.
 
PePe
 
JOSÉ DE ARIAS MARTINEZ - ( PEPE ARIAS)
 

sábado, 22 de septiembre de 2012

EL PERRO COJO - MANUEL BENITEZ CARRASCO

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EL PERRO COJO 



Con una pata colgando, 
despojo de una pedrada, 
pasó el perro por mi lado, 
un perro de pobre casta. 
Uno de esos callejeros, 
pobres de sangre y estampa. 
Nacen en cualquier rincón, 
de perras tristes y flacas, 
destinados a comer 
basuras de plaza en plaza. 


Cuando pequeños, qué finos 
y ágiles son en la infancia, 
baloncitos de peluche, 
tibios borlones de lana, 
los miman, los acurrucan, 
los sacan al sol, les cantan. 
Cuando mayores, al tiempo 
que ven que se fue la gracia, 
los dejan a su ventura, 
mendigos de casa en casa, 
sus hambres por los rincones 
y su sed sobre las charcas. 


Qué tristes ojos que tienen, 
que recóndita mirada 
como si en ella pusieran 
su dolor a media asta. 
Y se mueren de tristeza 
a la sombra de una tapia, 
si es que un lazo no les da 
una muerte anticipada. 


Yo le llamo: psss, psss, psss. 
Todo orejas asustadas, 
todo hociquito curioso, 
todo sed, hambre y nostalgia, 
el perro escucha mi voz, 
olfatea mis palabras 
como esperando o temiendo 
pan, caricias... o pedradas, 
no en vano lleva marcado 
un mal recuerdo en su pata. 
Lo vuelvo a llamar: psss, psss. 
Dócil a medias avanza 
moviendo el rabo con miedo 
y las orejitas gachas. 


Chasco los dedos; le digo: 
"ven aquí, no te hago nada, 
vamos, vamos, ven aquí". 
Y adiós la desconfianza. 
Que ya se tiende a mis pies, 
a tiernos aullidos habla, 
ladra para hablar más fuerte, 
salta, gira; gira, salta; 
llora, ríe; ríe, llora; 
lengua, orejas, ojos, patas 
y el rabo es un incansable 
abanico de palabras. 


Es su alegría tan grande 
que más que hablarme, me canta. 
"¿Qué piedra te dejó cojo? 
Sí, sí, sí, malhaya". 
El perro me entiende; sabe 
que maldigo la pedrada, 
aquella pedrada dura 
que le destrozó la pata 
y él, con el rabo, me dice 
que me agradece la lástima. 
"Pero tú no te preocupes, 
ya no ha de faltarte nada. 
Yo también soy callejero, 
aunque de distintas plazas 
y a patita coja y triste 
voy de jornada en jornada. 
Las piedras que me tiraron 
me dejaron coja el alma. 


Entre basuras de tierra 
tengo mi pan y mi almohada. 
Vamos, pues, perrito mío, 
vamos, anda que te anda, 
con nuestra cojera a cuestas, 
con nuestra tristeza en andas, 
yo por mis calles oscuras, 
tú por tus calles calladas, 
tú la pedrada en el cuerpo, 
yo la pedrada en el alma 
y cuando mueras, amigo, 
yo te enterraré en mi casa 
bajo un letrero: «aquí yace 
un amigo de mi infancia». 


Y en el cielo de los perros, 
pan tierno y carne mechada, 
te regalará San Roque 
una muleta de plata. 
Compañeros, si los hay, 
amigos donde los haya, 
mi perro y yo por la vida: 
pan pobre, rica compaña. 


Era joven y era viejo; 
por más que yo lo cuidaba, 
el tiempo malo pasado 
lo dejó medio sin alma. 
Y fueron muchas las hambres, 
mucho peso en sus tres patas 
y una mañana, en el huerto, 
debajo de mi ventana, 
lo encontré tendido, frío, 
como una piedra mojada, 
un duro musgo de pelo, 
con el rocío brillaba. 


Ya estaba mi pobre perro 
muerto de las cuatro patas. 
Hacia el cielo de los perros 
se fue, anda que te anda, 
las orejas de relente 
y el hociquillo de escarcha. 
Portero y dueño del cielo 
San Roque en la puerta estaba: 
ortopédico de mimos, 
cirujano de palabras, 
bien surtido de intercambios 
con que curar viejas taras. 
"Para ti... un rabo de oro; 
para ti... un ojo de ámbar; 
tú... tus orejas de nieve; 
tú... tus colmillos de escarcha. 
Y tú, -mi perro reía-, 
tú... tu muleta de plata". 


Ahora ya sé por qué está 
la noche agujereada: 
¿Estrellas... luceros...? No, 
es mi perro cuando anda... 
con la muleta va haciendo 
agujeritos de plata. 






miércoles, 5 de septiembre de 2012

AL AMOR DE LA LUMBRE - CARLOS PEZOA VÉLIZ


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Al amor de la lumbre


Junto a las grutas de las quebradas

donde las aguas alborotadas
charlan de asuntos si ton ni son,
hay una casa de corredores
donde hay palomas tiestos con flores,
y enredaderas en el balcón.


Es una casa de tres ventanas

donde la madre luce sus canas
como argumento de algo gentil,
y unos modales llenos de gracia
que hacen más grave la aristocracia
del aire místico y señoril.


Si fueran cosas de tiempo antiguo,

más de una oda de metro exiguo
hubiera escrito Fray Luis de León,
sobre la dama de blanco pelo,
sobre las dichas que allá en el cielo
tendrán los buenos de corazón.


Y en verdad digna es de verso y prosa

la blanca mesa, la blanca loza,
la porcelana de albo matiz,
los cuchicheos, los tenues corros
y el agua alegre que salta a chorros
por una enorme llave matriz.


Es una dicha que causa pena…

La broma alegre, la charla amena
y allá en el piano, la, si, do, re…
Los besos largos, las risas claras
y el tintineo de las cucharas
sobre las blancas tazas de té.


Unos comentan el cuento charro;

éste que piensa fuma el cigarro
mirando el humo subir, subir.
Hace proyectos mientras bosteza
y ve en las brumas de su pereza
las alegrías que han de venir.


La madre cose; la joven piensa;

la chica enreda su oscura trenza;
los grandes hurgan temas de amor.
Y si a la larga se ponen tristes,
el más alegre cuenta unos chistes
que a todos ponen de buen humor.


Mientras, las flores pueblan la mesa

y la bandeja de plata gruesa
y las cajitas donde hay café,
en cuyas clásicas etiquetas
hay unos chinos que hacen piruetas
sobre cajones llenos de té.


En los jarrones de porcelana

hay una torre y una campana
que casi, casi repica ya…
un cuadro antiguo, colgado al muro,
y en él un gesto grave y seguro
sobre el retrato del buen papá.


Si allá un piloto maniobras manda,

los chicos todos en la baranda
piensas: ¿a dónde va el bergantín?
…Y sopla el viento del mediodía
y una brumosa melancolía
vacía en el aire vahos de esplín.


En las heladas tardes de invierno

se leen libros de arte moderno
o alguna charla de Pedro Gil;
oye la dama de pelo cano,
callado el viento, callado el piano,
y Paderewsky sobre el atril…


Cuando en las noches hay aguacero,

niños y gatos junto al brasero
oyen La lámpara de Aladín;
cuentos de negros duchos en bromas,
niñas que un hada volvió palomas
o gigantones con piel de espín.


…Suenan las doce; la madre reza;

hay en los cielos mucha tristeza,
abajo un vaho sentimental
mientras que enfermas de hipocondría
cantan las ranas su letanía
allá en la orilla de un manantial.


Sueñan los niños que allá en la gloria

hay una inmensa preparatoria
donde Dios hace de preceptor;
y que en las clases, de traje blanco,
a cada uno pone en el banco
una corneta con un tambor.

sábado, 18 de agosto de 2012

LA BAILARINA DE LOS PIES DESNUDOS

la bailarina de los pies desnudos
 
Isadora Duncan
 
Iba, en un paso rítmico y felino
a avances dulces, ágiles o rudos,
con algo de animal y de divino
la bailarina de los pies desnudos.

Su falda era la falda de las rosas,

en sus pechos había dos escudos…
Constelada de casos y de cosas…
La bailarina de los pies desnudos.

Bajaban mil deleites de los senos

hacia la perla hundida del ombligo,
e iniciaban propósitos obscenos
azúcares de fresa y miel de higo.

A un lado de la silla gestatoria

estaban mis bufones y mis mudos…
¡Y era toda Selene y Anactoria
la bailarina de los pies desnudos!
 
Rubén Darío
 
 

sábado, 14 de julio de 2012

Éxtasis - Miguel Rasch Isla


Éxtasis
Poema

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En la noche de enero plenamente estrellada,
como acaso en los siglos no lo ha sido ninguna,
parecían los cielos constelados de luna,
florestas por donde iba pasando una nevada.

Era un lecho de bodas la tierra perfumada;
propicio era el silencio; la paz era oportuna;
mas la noche inspiraba tal arrobo, que ni una
vez osaron mis labios besar los de la Amada.

Unción ultra terrena de dos almas; delicia
de dos seres que, a solas, eluden la caricia
y que juzgan sacrílego contemplarse un momento.
Noche, de tan hermosa, noche casi imposible,
en la que era su carne, cual la luz, intangible,
y puro, cual los astros, era mi pensamiento.



Miguel Rash Isla
Biografia






martes, 26 de junio de 2012

MARIPOSA DE OTOÑO ...

MARIPOSA DE OTOÑO
 
Poema de Pablo Neruda
 
La mariposa volotea
y arde -con el sol- a veces.

 
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja: que la mece.

Me decían: -No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada.
Y pasò el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja
Llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: -No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.

Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.

Pasò la hora de las espigas.
El sol, ahora,
convalece.

Su lengua tibia me rodea.
También me dice: -Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.

Pablo Neruda

lunes, 28 de mayo de 2012

La Vida no Florece Sola - Zenaida Bacardí de Argamasilla


La Vida no Florece Sola

Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Libro: Ramillete de Estrellas 

   La vida no florece sola...
Tienes que cuidar las raíces y convertirlas en 
tronco... el tronco en ramas... las ramas en flores...
¡Y exprimirte el corazón para dar perfume!

   La vida no florece sola...
Tienes que laborar en ella.
   Las cosas no se te dan gratis...
tienes que pagar lo que valen.
   El fruto no te sale al paso
tienes que abonar y regar.
   Los pozos no se llenan solos
tienes que calar hondo... buscar el agua... ver lo
que les cabe... y sentarte en la sombra.
   Los frutos no llegan por arte de magia...
tienes que ponerles sol, agua, aire, tierra.
   Tienes que cuidarles la semilla, espantar los
pájaros, madurar la cáscara, y luego, probar si
están en punto para dar sabor a la vida... y hacer
jugoso el mundo.
Como ves, se te da todo...
pero en materia prima...
¡Lo elaborado y valioso...
lo tienes que hacer tú!

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Zenaida Bacardi de Argamasilla


martes, 22 de mayo de 2012

Niño de mi calle - Poema - Bethzaida Montilla Aparicio

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Niño de mi calle

Niño de mi calle con los pies descalzos,
la mirada triste, con el alma a cuestas;
Pequeño gitano que empiezas la vida
 y ya pareciera que llevas mil años llorando tristezas.
Niño que al nacer se apago tu estrella,
Porque no hubo un padre que te protegiera
Y tu madre pobre te dejo a la buena.
Niño de mi calle que tiendes tu mano,
Y que una mirada te dedico apenas;
Claro, siempre tengo prisa
Y solo te dedico alguna sonrisa,
Como si con eso ayudar pudiera.
Pequeño tesoro que alguien desprecio
Una extraña piedra que nadie puliera,
en tus ojos tristes de dulce inocencia
Muere la esperanza tras una vidriera.
Niño de mi calle, de tantas aceras,
De sueños vencidos, de amargas quimeras
Si pagar pudiera tus horas de estío
Si pudiera protegerte de miseria y frio
Y como no tengo nada mas que darte
Tan solo, tan solo, te ofrezco mi niño,
Mi oración sincera y a Dios le encomiendo tu alma de ángel
Para que proteja tu inocencia pura
Para que te cubra con su manto
Que te aleje siempre de seres inmundos
                                       Bethzaida Montilla Aparicio

miércoles, 9 de mayo de 2012

Despecho - Poema

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¡Ah, qué estoy cansada! Me he reído tanto,
tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca
¡ATanto, que esta intensa palidez que tengo
(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.

¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reírme tanto… 


Juana de Ibarbourou

miércoles, 25 de abril de 2012

LOS PORTADORES DE SUEÑOS. - POEMA - GIOCONDA BELLI


LOS PORTADORES DE SUEÑOS.

-Gioconda Belli (1948).-Nicaragua



En todas las profecías

está escrita la destrucción del mundo.

Todas las profecías cuentan 

que el hombre creará su propia destrucción.



Pero los siglos y la vida 

que siempre se renueva 
engendraron también una generación 
de amadores y soñadores; 
hombres y mujeres que no soñaron 
con la destrucción del mundo, 
sino con la construcción del mundo
de las mariposas y los ruiseñores.

Desde pequeños venían marcados por el amor. 
detrás de su apariencia cotidiana 
guardaban la ternura y el sol de medianoche. 
Las madres los encontraban llorando 
por un pájaro muerto 
y más tarde también los encontraron a muchos 
muertos como pájaros. 
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas 
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos 
por un invierno de caricias. 
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños, 
atacados ferozmente por los portadores de profecías 
habladoras de catástrofes. 
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías 
dijeron que sus palabras eran viejas 
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso 
es antigua al corazón del hombre. 
Los acumuladores de riquezas les temían 
lanzaban sus ejércitos contra ellos, 
pero los portadores de sueños todas las noches 
hacían el amor 
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas 
que no sólo portaban sueños sino que los 
multiplicaban y los hacían correr y hablar. 
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida 
como también había engendrado 
a los que inventaron la manera 
de apagar el sol. 

Los portadores de sueños sobrevivieron a los 
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por 
generación espontánea. 
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias 
torrenciales tuvieron algo que ver con esto, 
la verdad es que como laboriosas hormiguitas 
estos especimenes no dejaban de soñar y de construir 
hermosos mundos, 
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se 
llamaban compañeros, 
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban 
en las muertes, 
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se 
ayudaban en el 
arte de querer y en la defensa de la felicidad. 

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento, 
de todas partes venían a impregnarse de su aliento,
de sus claras miradas, 
hacia todas partes salían los que habían conocido 
portando sueños soñando con profecías nuevas 
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores 
y de que el mundo no tendría que terminar en la 
hecatombe. 
Por el contrario, los científicos diseñarían 
puentes, jardines, juguetes sorprendentes 
para hacer más gozosa la felicidad del hombre. 


Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas 
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos 
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra. 
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas 
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos 
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra. 

Los portadores de sueños conocían su poder 
por eso no se extrañaban 
también sabían que la vida los había engendrado 
para protegerse de la muerte que anuncian las 
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte. 
Por eso cultivaban jardines de sueños 
y los exportaban con grandes lazos de colores. 
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros 
vigilando los pasajes y los caminos 
buscando estos peligrosos cargamentos 
que nunca lograban atrapar 
porque el que no tiene ojos para soñar 
no ve los sueños ni de día, ni de noche. 

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de 
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte; 
por doquier hay paquetes con grandes lazos 
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver 
la semilla de estos sueños no se puede detectar 
porque va envuelta en rojos corazones 
en amplios vestidos de maternidad 
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres 
que los albergan. 

Dicen que la tierra después de parirlos 
desencadenó un cielo de arcoiris 
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles. 
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto 
sabemos que la vida los engendró 
para protegerse de la muerte que anuncian las 
profecías.

miércoles, 18 de abril de 2012

POEMA DEL OTOÑO - RUBÉN DARÍO


POEMA DEL OTOÑO

Por: Rubén Darío

Tú, que estás la barba en la mano
meditabundo,
¿has dejado pasar, hermano,
la flor del mundo?

Te lamentas de los ayeres
con quejas vanas:
¡aún hay promesas de placeres
en los mañanas!

Aún puedes casar la olorosa
rosa y el lis,
y hay mirtos para tu orgullosa
cabeza gris.

El alma ahíta cruel inmola
lo que la alegra,
como Zingua, reina de Angola,
lúbrica negra.

Tú has gozado de la hora amable,
y oyes después
la imprecación del formidable
Eclesiastés.

El domingo de amor te hechiza;
mas mira cómo
llega el miércoles de ceniza;
Memento, homo...

Por eso hacia el florido monte
las almas van,
y se explican Anacreonte
y Omar Kayam.

Huyendo del mal, de improviso
se entra en el mal,
por la puerta del paraíso
artificial.

Y no obstante la vida es bella,
por poseer
la perla, la rosa, la estrella
y la mujer.

Lucifer brilla. Canta el ronco
mar. Y se pierde
Silvano, oculto tras el tronco
del haya verde.

Y sentimos la vida pura,
clara, real,
cuando la envuelve la dulzura
primaveral.

¿Para qué las envidias viles
y las injurias,
cuando retuercen sus reptiles
pálidas furias?

¿Para qué los odios funestos
de los ingratos?
¿Para qué los lívidos gestos
de los Pilatos?

¡Si lo terreno acaba, en suma,
cielo e infierno,
y nuestras vidas son la espuma
de un mar eterno!

Lavemos bien de nuestra veste
la amarga prosa;
soñemos en una celeste
mística rosa.

Cojamos la flor del instante;
¡la melodía
de la mágica alondra cante
la miel del día!

Amor a su fiesta convida
y nos corona.
Todos tenemos en la vida
nuestra Verona.

Aun en la hora crepuscular
canta una voz:
«Ruth, risueña, viene a espigar
para Booz!»

Mas coged la flor del instante,
cuando en Oriente
nace el alba para el fragante
adolescente.

¡Oh! Niño que con Eros juegas,
niños lozanos,
danzad como las ninfas griegas
y los silvanos.

El viejo tiempo todo roe
y va de prisa;
sabed vencerle, Cintia, Cloe
y Cidalisa.

Trocad por rosas azahares,
que suena el son
de aquel Cantar de los Cantares
de Salomón.

Príapo vela en los jardines
que Cipris huella;
Hécate hace aullar a los mastines;
mas Diana es bella;

y apenas envuelta en los velos
de la ilusión,
baja a los bosques de los cielos
por Endimión.

¡Adolescencia! Amor te dora
con su virtud;
goza del beso de la aurora,
¡oh juventud!

¡Desventurado el que ha cogido
tarde la flor!
Y ¡ay de aquel que nunca ha sabido
lo que es amor!

Yo he visto en tierra tropical
la sangre arder,
como en un cáliz de cristal,
en la mujer

Y en todas partes la que ama
y se consume
como una flor hecha de llama
y de perfume.

Abrasaos en esa llama
y respirad
ese perfume que embalsama
la Humanidad.

Gozad de la carne, ese bien
que hoy nos hechiza,
y después se tornará en
polvo y ceniza.

Gozad del sol, de la pagana
luz de sus fuegos;
gozad del sol, porque mañana
estaréis ciegos.

Gozad de la dulce armonía
que a Apolo invoca;
gozad del canto, porque un día
no tendréis boca.

Gozad de la tierra que un
bien cierto encierra;
gozad, porque no estáis aún
bajo la tierra.

Apartad el temor que os hiela
y que os restringe;
la paloma de Venus vuela
sobre la Esfinge.

Aún vencen muerte, tiempo y hado
las amorosas;
en las tumbas se han encontrado
mirtos y rosas.

Aún Anadiódema en sus lidias
nos da su ayuda;
aún resurge en la obra de Fidias
Friné desnuda.

Vive el bíblico Adán robusto,
de sangre humana,
y aún siente nuestra lengua el gusto
de la manzana.

Y hace de este globo viviente
fuerza y acción
la universal y omnipotente
fecundación.

El corazón del cielo late
por la victoria
de este vivir, que es un combate
y es una gloria.

Pues aunque hay pena y nos agravia
el sino adverso,
en nosotros corre la savia
del universo.

Nuestro cráneo guarda el vibrar
de tierra y sol,
como el ruido de la mar
el caracol.

La sal del mar en nuestras venas
va a borbotones;
tenemos sangre de sirenas
y de tritones.

A nosotros encinas, lauros,
frondas espesas;
tenemos carne de centauros
y satiresas.

En nosotros la vida vierte
fuerza y calor.
¡Vamos al reino de la Muerte
por el camino del Amor!

jueves, 5 de abril de 2012

Vino La Semana Santa - Poema Reflexión: Delia Argona


Vino La Semana Santa


Poema Reflexión: Delia Argona


Vino La Semana Santa...
¿Tenéis tu alma dispuesta?...
!mira que no es cualquier fiesta!
¡Es fiesta de santidad!
y más... si tienes tu edad,
arrepiéntete de culpas;
y si es que andas en disputas
deja ya de litigar...
Disponte a perdonar
si te ofendieron acaso;
y ahí extendiendo tus brazos
echa el abrazo cordial;
pues es la oportunidad
de conciliaros con Dios;
que él, en su inmenso amor,
nos regaló el perdonarnos...
Que sean palmas tus manos,
no puños de duro golpe;
eso de golpear es torpe...
la caricia es lo de paz;
comparte tu pobre pan
con ese, de más abajo;
quizá alguien sin trabajo
que no lo puede ganar...
Tu mesa, en la bastedad
de vituallas diferente,
te mostrará elocuente
aquello que está de más;
y si sólo hay un pan
y un vaso de agua dispuesto;
tú, piensa que serán cientos
sin poderlo disfrutar.
Con toda serenidad,
pensando en Cristo inmolado,
recuerda que él, ha entregado
su sacrificio por ti;
es justo pensar así,
si te sabes bendecido;
pues bien, nunca el egoísmo,
al hombre lo hizo feliz...
Semana Santa, está ahí;
dispón ya el alma tuya;
poca o mucha tu fortuna
que te lleve a la bondad;
esta es la oportunidad
de limpiar tus interiores,
y adornándolo con flores,
que esté limpio ese lugar...